La sesión plenaria “Economía circular: colaboraciones en el territorio” de CONAMA ha puesto de relieve la importancia de las alianzas público-privadas y territoriales como motores para la transición hacia un modelo económico sostenible. Representantes de la industria y la administración pública compartieron experiencias, desafíos y soluciones innovadoras que demuestran el potencial de la economía circular para generar riqueza, empleo y sostenibilidad en todo el país.
Innovación industrial al servicio de la economía circular
La primera parte de la sesión se centró en los aportes del sector industrial. Fernando Burgoa, coordinador del proyecto United Circles, presentó esta iniciativa financiada por la Comisión Europea que reúne a 46 socios de toda Europa para implementar proyectos de simbiosis industrial y urbana. “Este proyecto busca integrar a industrias, ciudades y comunidades locales para transformar desafíos en soluciones concretas y sostenibles,” afirmó Burgoa. Destacó la importancia de las Comunidades de Práctica, un enfoque que involucra a la ciudadanía en la toma de decisiones y fomenta la educación en economía circular en escuelas y universidades.
Pilar Cañete, gerente de la Asociación de Grandes Empresas del Campo de Gibraltar, expuso cómo la colaboración entre grandes industrias ha permitido avanzar en proyectos clave, como la reutilización de agua y la producción de hidrógeno verde. “En una región con estrés hídrico significativo, estas iniciativas no solo son fundamentales para la sostenibilidad, sino que representan nuestra responsabilidad social corporativa con el territorio», subrayó Cañete. A pesar de los avances, señaló que la armonización legislativa y la mejora de infraestructuras son retos pendientes.
Desde el País Vasco, Olga Martín, directora general de Aclima, destacó la experiencia del clúster ambiental vasco, que reúne a más de 140 organizaciones, incluyendo empresas, universidades e instituciones públicas. Martín enfatizó que “la economía circular es una oportunidad para generar nuevos modelos de negocio, impulsar la innovación tecnológica y fomentar el empleo verde”. También reclamó herramientas fiscales y normativas que permitan a las empresas adoptar prácticas circulares con mayor facilidad.
La administración como motor de cambio: liderando la transición hacia la economía circular
En la segunda parte de la sesión, representantes de la administración pública compartieron iniciativas que están marcando el camino hacia una economía circular efectiva desde distintos territorios.
Pedro Manuel Millán del Rosario, director insular de Medio Natural del Cabildo de Tenerife, abordó los retos únicos de la insularidad en la gestión de recursos y presentó proyectos innovadores como el reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos en el Complejo Ambiental de Tenerife. “Estamos convirtiendo residuos en recursos aprovechables, desde materiales hasta gases refrigerantes, lo que no solo es sostenible, sino también estratégico para la economía local», afirmó. También destacó la urgencia de afrontar la emergencia hídrica mediante proyectos de regeneración hídrica y energética.
Desde Gipuzkoa, José Ignacio Asensio, diputado foral de Sostenibilidad, compartió los impresionantes logros de la región, donde la economía circular representa ya el 6 % del PIB y ha generado más de 6.500 empleos. “Hemos reducido drásticamente los residuos destinados a vertederos gracias a una red de infraestructuras de valorización y recuperación, integrando a empresas, universidades y ciudadanía”, explicó Asensio. Proyectos innovadores como Circular Bat demuestran el potencial de reutilizar baterías de vehículos eléctricos en comunidades energéticas locales.
Esther Haro Carrasco, directora general de Economía Circular y Agenda 2030 del Gobierno de Castilla-La Mancha, presentó el marco normativo pionero de la región, que incluye la primera Ley de Economía Circular en España. “Estamos creando incentivos específicos y foros de colaboración para asegurar que todas las partes involucradas—empresas, asociaciones y sociedad civil—puedan contribuir al cambio de modelo productivo,” señaló Haro. Subrayó además la importancia de las cátedras de economía circular para la transferencia de conocimiento entre el ámbito académico y el empresarial.
Cerrando el bloque, Rafael García González, viceconsejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, destacó el papel clave de las infraestructuras avanzadas para la gestión de residuos. Mencionó el desarrollo de plantas de separación y tratamiento financiadas en colaboración público-privada como un modelo efectivo para la región. “La economía circular debe ser el estándar, no la excepción. Necesitamos aplicar las mejores tecnologías y ofrecer soluciones específicas para cada tipo de residuo,” afirmó.
Reflexión y futuro: cooperación para un cambio sistémico
Moderada por Javier Martínez Molina, periodista ambiental y director del programa Ecogestiona, la sesión concluyó con un llamado conjunto a la acción. Los ponentes coincidieron en que la transición hacia una economía circular requiere:
- Simplificación normativa: agilizar los trámites administrativos y reducir las barreras regulatorias.
- Inversión en infraestructuras y tecnología: priorizar las plantas de reciclaje y tratamiento avanzado.
- Educación y concienciación ciudadana: fomentar la participación de la ciudadanía en la economía circular desde su cotidianidad.
- Colaboración público-privada: aunar esfuerzos entre empresas, administraciones y centros de investigación para avanzar de manera sostenible y eficiente.
“La economía circular no puede seguir siendo una excepción, debe convertirse en la regla para garantizar un futuro sostenible,” concluyó Martínez Molina.