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Los planes de transición en las empresas, claves para combinar sostenibilidad y rentabilidad

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Publicado / 5 de diciembre de 2024
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La sostenibilidad empresarial ha tenido su espacio de intercambio de ideas y debate en la última jornada del Congreso Nacional de Medio Ambiente. Representantes del sector privado, de las finanzas y de organizaciones públicas abordaron las expectativas y retos para continuar descarbonizando de la mano de la competitividad. Han puesto la lupa en los planes de transición como vector para combinar crecimiento verde, confianza y rentabilidad.

«Tema muy complejo para el último día del Congreso a las 9 de la mañana», rompió el hielo Fátima Araluce, Directora de Sostenibilidad Grupo Urbaser, multinacional con más de 50 mil empleados y una facturación de anual de 2500 millones de euros, al inaugurar la sesión plenaria «Sostenibilidad empresarial: Expectativas del mercado, regulación y resistencias». En representación del sector privado, habló de un «punto de inflexión» a nivel normativo que «va a ser duro», pero que va a ayudar a las empresas a «ser mejores y más competitivas»

El nuevo marco europeo exige «contar el futuro, ya no lo que se hizo años atrás». «Ahora tenemos que contar la gestión de los planes de transición, ya no un simple reporting. Esto cambia las reglas de juego», explicó Araluce. Para hacer estos planes «hay que escuchar a la academia y a la ciencia» en cuanto a cómo construir la transición ecológica en un modelo más justo y sostenible. «Nos jugamos mucho en este partido. Porque la sostenibilidad es garantizar el presente sin comprometer el futuro. Estamos obligados a invertir, innovar para no morir en el camino», resumió.

Del lado de los inversores, Andrea González, Directora General Spainsif, Foro Español de Inversiones y Finanzas Sostenible, explicó que las firmas que invierten quieren ahora poder cuantificar el impacto climático en el medio plazo y ya no en el largo alcance. «Empezamos a ver una dinámica nueva de buscar incorporar información ambiental al modelo de negocios para evitar pérdidas. La sostenibilidad pasa a formar parte de la ecuación de competitividad, de negocio, de pérdidas y ganancias. Las empresas están empezando a divulgar sus planes de transición por exigencia de los inversores», reveló.

Sobre qué se espera de un inversor sostenible, González subrayó que antes se protegía por simple reputación. Ahora, en cambio, la expectativa está puesta en «lograr cambios en la economía real». En el plano de las «resistencias», uno de los tres conceptos del panel, admitió que un reto es sortear el rechazo del sector financiero a la adaptación. Puso un ejemplo: los recelos de invertir en la construcción de un edificio resiliente ante el riesgo de un huracán. «¿Y si ese huracán nunca llega», suele ser una duda generalizada de los inversores.

Otro barrera, a su juicio, es «la politización de las cuestiones de sostenibilidad» y la poca transparencia que en España hay respecto a los flujos de información y del dinero. «El fracking por más que se maquille no va a ir al baile. El lobby es legítimo, pero necesitamos más transparencia sobre las presiones en los tomadores de decisiones», dijo.

A su turno, Marta Olavarría, experta en regulación sobre Mercados Financieros & Finanzas Sostenibles, resumió su informe titulado «¿Están las empresas preparadas para los nuevos requerimientos de información sobre sostenibilidad?». Puntualizó que tanto el mercado regulatorio como la evolución del mercado han obligado a las empresas a incorporar la sostenibilidad con planes «serios y útiles«: rendición de emisiones, cambios estructurales para lograr ese objetivo, trazabilidad de los fondos, entre otras cuestiones.

«El inversor quiere toda esta información para tomar la decisión adecuada a la hora de decidir en qué empresa pone su dinero y en qué empresa no lo pone. Los planes de transición se están convirtiendo en un punto estratégico, responden a las expectativas de inversores y consumidores«, señaló. Sin embargo, todavía hay empresas que se resisten a incorporar la sostenibilidad en sus agendas. «Falta conocimiento, cuando hay desconocimiento hay miedos. La capacitación en los consejos directivos es muy importante», agregó.

En la misma sintonía, Vanesa Rodríguez, Directora de Comunicación y RRII Red Española del Pacto Mundial, contó que las empresas están experimentando un cambio de enfoque en el pedido de asesoramiento. La preocupación engloba hoy a las normativas, las cadenas de suministros, los riesgos y el greenwashing. «Hasta hace poco sólo se pedía regulación. Ahora la preocupación pasa por cumplir, por alcanzar la madurez en sostenibilidad», afirmó.

La representante de la ONU pidió en un contexto de crispación y desinformación «abrazar los valores de la sostenibilidad y de la Agenda 2030». «Estamos en un momento definitivo. No podemos admitir dar pasos atrás. Tampoco medias tintas. Hay que apoyar las políticas públicas facilitadoras de sostenibilidad», recalcó.

Por último, Orencio Vázquez, Director del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa (OBRSC), puso el énfasis en la «vulnerabilidad a nivel geopolítico» que ha generado en Europa «la fuerte regulación» en materia de sostenibilidad, haciéndose eco de un dato aportado por la directora de Urbaser. El continente tiene hoy más de 1100 regulaciones, entre iniciativas y recomendaciones, cuando hace diez años, en 2014, había sólo 30.

También recriminó la poca voluntad, tanto del sector público como privado, de no cuestionar la eficacia de las normativas y de no animarse a realizar cambios estructurales del modelo. «Las leyes que se están aprobando son parches, no se está repensando el modelo. ¿Es sostenible viajar un fin de semana con un billete de avión a 30 euros? ¿Es sostenible comprar todas las semanas una camiseta a cinco euros? Este modelo está naturalizado, no hay ningún replanteo. Se habla, pero no se ejecuta nada«, lamentó.

Novedades en el reporte de sostenibilidad ambiental, social y de gobernanza (ASG)

La sesión plenaria dio paso a una sesión técnica sobre “Novedades y contexto en el ámbito del reporting de sostenibilidad”, donde se actualizó los alcances del Reporte de Sostenibilidad Ambiental, Social y de Gobernanza (ASG).

¿Qué son los ASG? Se trata de un marco regulatorio que mide el comportamiento ético y sostenible de las empresas. Los criterios garantizan que una empresa está siendo socialmente responsable y asume sus compromisos, lo que redunda en el mejor interés posible de sus accionistas y potenciales inversores.  

Jorge Barbero Roucet, Responsable de Finanzas Sostenibles de Corporativa, celebró que la palabra sostenibilidad aparezca ahora en las leyes, “lo que marca el avance que hemos logrado”.

El reporte de los aspectos no financieros que son relevantes para la sostenibilidad y el impacto social y ambiental de las empresas tendrán “nuevas reglas de juego” con la puesta en marcha de la Directiva (UE) 2022/2464 del Parlamento Europeo y del Consejo de 14 de diciembre de 2022 (CSRD), transpuesta en junio de este año y próxima a sancionarse. 

“Esta ley va a cambiar las reglas de juego para todos, empresas, consultores y verificadores”, explicó el experto. La Directiva CSRD refuerza el papel del verificador externo independiente al exigir informes de sostenibilidad corporativa fiables y alineados con los estándares europeos. 

Las empresas deben ahora validar la calidad de sus datos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) mediante una verificación externa. María del Coro Ruíz Santamaría,

Responsable de Sostenibilidad Ambiental Ilunion Hotels, Alfonso García Juncal, Jefe de gestión de riesgos Madrileña Red de Gas, y Patricia Muñoz Pequeño, Gerente ESG Sacyr, expusieron los avances que están haciendo para adaptarse a esta normativa.

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