En el marco de CONAMA 2024, la sesión técnica «Evaluación de riesgos climáticos y la adaptación de infraestructuras al cambio climático» reunió a expertos de múltiples sectores para abordar los desafíos del cambio climático sobre las infraestructuras críticas en transporte, energía y agua. La jornada destacó la urgencia de implementar estrategias de adaptación que garanticen la sostenibilidad y la resiliencia frente a fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes.
Necesidad de armonización normativa y coordinación europea
Hans-Martin Füssel, de la Agencia Europea de Medio Ambiente, abrió la jornada subrayando la importancia de una armonización normativa en Europa. “La falta de coordinación en las normativas impide que los países afronten los riesgos climáticos con una estrategia común, lo que podría comprometer los esfuerzos por mitigar los impactos de fenómenos extremos”, explicó.
El seguro como herramienta para la resiliencia climática
Francisco Espejo, del Consorcio de Compensación de Seguros, presentó datos que evidencian el aumento de la siniestralidad climática en España, con más de 220.000 solicitudes de indemnización tras fenómenos recientes. Destacó el modelo español como único en Europa por garantizar cobertura frente a riesgos extraordinarios a través de un esquema público-privado. Sin embargo, advirtió sobre la limitada cobertura en infraestructuras críticas. “Es imperativo transformar la resistencia económica que proporcionan los seguros en resistencia física, asegurando no solo una respuesta eficiente, sino también una infraestructura mejor preparada para el futuro”, concluyó.
Financiación climática: retos y oportunidades
María Esther Badiola, del Banco Europeo de Inversiones (BEI), destacó el compromiso de la institución con la adaptación climática, asignando el 50 % de su presupuesto anual a proyectos relacionados con el cambio climático. Subrayó la necesidad de superar los desafíos para monetizar beneficios futuros: “Aunque el retorno de inversión está probado —un euro invertido en adaptación puede ahorrar siete en el futuro—, aún falta un marco que traduzca estos beneficios en productos financieros viables”.
Proyectos destacados: innovación en infraestructuras resilientes
La sesión incluyó casos emblemáticos como el proyecto ECCLIPSE en los puertos de Valencia, que refuerza la operatividad frente a riesgos climáticos extremos, y la iniciativa en el corredor viario Xochi en Guatemala, donde la integración de proyecciones climáticas ha permitido adaptar diseños técnicos y atraer financiación adicional para medidas de resiliencia. “Este proyecto ilustra cómo la combinación de análisis rigurosos y diseño adaptativo puede transformar infraestructuras frente a riesgos climáticos”, afirmó Nuria Mesonero, de TYPSA.
Innovación tecnológica al servicio de la resiliencia
El segundo bloque abordó cómo tecnologías avanzadas, como sensores, drones y sistemas de análisis en tiempo real, están revolucionando la gestión de infraestructuras críticas. Jacob Rodríguez, de e-distribución, destacó el proyecto RESISTO: “Hemos implementado estaciones meteorológicas y plataformas como Grid Watch para optimizar la respuesta ante emergencias y garantizar la estabilidad del suministro eléctrico”.
De la misma manera, presentó avances en esta sesión, donde la tecnología no solo mejora la resiliencia de la red eléctrica, sino que también beneficia la conservación ambiental. “Creemos en las sinergias entre resiliencia climática y protección ambiental. Las mismas cámaras termográficas que usamos para prever daños en la red pueden monitorizar especies protegidas”, explicó.
Por su parte, Juan Antonio Cáceres, de ENGIE España, presentó el proceso de adaptación aplicado a las plantas de producción energética, profundizando en las herramientas de análisis, en la colaboración entre distintos actores del territorio y en la importancia de definir umbrales precisos de alerta para poner en marcha acciones de protección adecuadas.
Debate: claves para la acción inmediata
El debate final enfatizó la importancia de integrar el análisis de riesgos climáticos en la planificación sectorial, armonizar datos y establecer normativas más coherentes. Rubén del Campo, de AEMET, destacó que “mantener un banco nacional de datos climáticos es fundamental no solo para la emisión de avisos, sino para personalizar proyecciones que guíen decisiones estratégicas”.
Cristina Oter, de INECO, y Jaime Nieves, de Esri España, subrayaron cómo la democratización del acceso a datos y el uso de plataformas tecnológicas avanzadas son esenciales para que las decisiones estratégicas sean más eficaces y accesibles. Asimismo, se planteó la necesidad de evitar reconstrucciones idénticas tras desastres y priorizar medidas que reduzcan el impacto ambiental y protejan la salud pública.
Hacia un futuro resiliente
La sesión concluyó con un llamado a acelerar las medidas de adaptación mediante normativas coherentes, financiación innovadora y colaboración público-privada. Solo con estrategias interdisciplinarias será posible garantizar infraestructuras sostenibles y preparadas frente a los retos del cambio climático.
