Perfil Ambiental de la biorrefinería PHENOLEXA
Energía y economía circular
Silvia Gómez Valle · Fundación Cartif
Laura Pablos (Fundación Cartif); Esther San José (Fundación Cartif); José María Sanz (Fundación Cartif); Raúl Sánchez (Fundación Cartif).
Energía, eficiencia y cambio climático, Biodiversidad, Agua, Calidad ambiental y salud, Residuos, Economía y Sociedad
Otro
Salud y bienestar, Industria, innovación e infraestructura, Producción y consumo responsables, Acción por el clima
Perfil Ambiental de la biorrefinería PHENOLEXA: Incorporando EIA y ACV como ejemplo de promoción de prácticas sostenibles en el marco de un proyecto.
Tanto un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) como un Análisis de Ciclo de Vida (ACV) tienen como objetivo evaluar y minimizar los efectos negativos en el medio ambiente. Ambos emplean metodologías sistemáticas para identificar y cuantificar impactos ambientales, y buscan promover prácticas sostenibles y responsables en el desarrollo de proyectos y productos. Proporcionan por tanto una evaluación ambiental holística que puede mejorar la sostenibilidad y aceptación de un proyecto. Bajo esta premisa ambas se han incorporado en el desarrollo del Proyecto PHENOLEXA, el cual se centra en la creación de una tecnología de base para el desarrollo de una biorrefinería en cascada inocua, eficiente y respetuosa con el medio ambiente para obtener compuestos bioactivos polifenólicos de alto valor a partir de cuatro tipos de biomasa residual (restos de poda y hojas de olivo y uva, cáscara de cebolla, y hojas y raíz de achicoria).
El EIA se ha centrado en analizar las mejores prácticas de uso de residuos, comparando la utilización de los residuos mencionados en la biorrefinería PHENOLEXA con las prácticas habituales de agricultores y productores. Para ello, se examinaron varios aspectos de cada tipo de residuo: actores clave, puntos clave, costes y maquinaria necesaria, procedimientos, participantes implicados, requisitos energéticos e impactos medioambientales. Se estableció un ranking de mejores prácticas, sobre el cual se realizó un análisis de eficacia y daño ambiental mediante la adaptación de la metodología de evaluación multicriterio propuesta por Conesa (1997). Las variables analizadas incluyeron: atmósfera, suelo, agua, medio biótico, entorno perceptivo y entorno socioeconómico.
Esta evaluación dio como resultado recomendaciones en formato de guías sobre la incorporación, transformación y mejor uso de los residuos agrícolas en la biorrefinería PHENOLEXA.
El objetivo del perfil ambiental obtenido, basado en la metodología de ACV ex-ante, ha sido cuantificar los impactos de la biorrefinería PHENOLEXA utilizando disolventes NADES para la extracción. Se adoptó una perspectiva "de la cuna a la puerta de la biorrefinería", abarcando todos los procesos unitarios que conformaron esa cadena de valor, desde el suministro de los diferentes residuos agrícolas hasta la extracción final de los polifenoles en la biorrefinería.
Los resultados muestran que la etapa de preparación de los disolventes NADES es el principal punto crítico ambiental, debido a los métodos de calentamiento y agitación intensivos en energía utilizados en su preparación, lo que resulta en mayores emisiones de CO2 equivalente por gramo de polifenol obtenido. Integrar fuentes de energía renovable en esta etapa ofrecería un camino prometedor para reducir la huella ambiental de este proceso.
El propósito del Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) y el Análisis de Ciclo de Vida (ACV) es evaluar y reducir los efectos negativos sobre el medio ambiente en la implementación de proyectos. Ambas metodologías proporcionan un marco sistemático para identificar, cuantificar y reducir los impactos ambientales, promoviendo prácticas medioambientalmente sostenibles y responsables. Estas evaluaciones ofrecen un análisis integral que puede aumentar la sostenibilidad y aceptación de los proyectos. Bajo este enfoque, el proyecto PHENOLEXA (GA 101023225) ha desarrollado una tecnología de base innovadora para una biorrefinería sostenible, orientada a extraer y conservar compuestos polifenólicos a partir de residuos de cultivos de cebolla, olivo, vid y achicoria. Su objetivo es maximizar el valor de los residuos agrícolas al transformarlos en productos bioactivos de alto valor y mejorando la sostenibilidad de la cadena productiva.
El EsIA del proyecto PHENOLEXA analizó las prácticas de gestión de residuos en con métodos convencionales empleados por agricultores y los comparó con el uso en la biorefineria. Este análisis incluyó para cada tipo de residuo: actores involucrados, puntos críticos, costos, maquinaria, procedimientos, requisitos energéticos y efectos ambientales. Mediante la metodología de evaluación multicriterio de Conesa (1997), se estableció un ranking de prácticas que mide la eficacia y el impacto ambiental, evaluando factores como atmósfera, suelo, agua, medio biótico, entorno perceptivo y socioeconómico.
El objetivo del ACV ex-ante ha sido dibujar el perfil ambiental de un proceso de biorrefinería en cascada para extraer polifenoles a partir de residuos de piel de cebolla roja utilizando disolvente NADES. Se adoptó una perspectiva "de la cuna a la puerta de la biorrefinería" abarcando todos los procesos unitarios desde el suministro de los residuos agrícolas hasta la extracción de polifenoles.
El EsIA concluyó con una serie de recomendaciones en formato de guías sobre cómo incorporar, transformar y optimizar el uso de residuos agrícolas en la biorrefinería PHENOLEXA. Los resultados del perfil ambiental, derivados de la aplicación de la metodología ACV, mostraron que la etapa de preparación de disolventes NADES era el principal punto crítico ambiental, debido a los métodos de calentamiento y agitación intensivos en energía utilizados en su preparación. Integrar fuentes de energía renovable en esta etapa ofrecería, por tanto, un camino prometedor para reducir la huella ambiental de este proceso.