Juzbado Orgánico: Compostaje doméstico y comunitario en un pueblo de Castilla y León
Energía y economía circular
Jerónimo Jablonski García · Ayuntamiento de Juzbado
Energía, eficiencia y cambio climático, Desarrollo rural y territorio, Calidad ambiental y salud, Residuos, Economía y Sociedad
Industria, innovación e infraestructura, Ciudades y comunidades, Acción por el clima, Vida de ecosistemas terrestres, Alianzas para lograr los objetivos

El compostaje de residuos orgánicos es una de las asignaturas pendientes en nuestros pueblos y ciudades. La gestión de estos materiales orgánicos y compostables es una de las claves para contribuir a mejorar nuestros entornos y mejorar el balance de residuos que genera nuestra sociedad. Tanto en las ciudades como en los pueblos, existe aún un alto porcentaje de residuos orgánicos que no se separan ni se compostan y que, sin embargo, se pueden convertir en un recurso económico.
En el pueblo de Juzbado (provincia de Salamanca) hemos iniciado un programa vecinal de compostaje doméstico y comunitario mediante la instalación de varios composteros públicos en puntos estratégicos y el reparto de composteras domésticas en 30 hogares de nuestros vecinos. A ello se suma una bio-trituradora que produce virutas de madera para su uso como estructurante en las composteras y, también, como material de cobertera que se extiende y acumula en los parques y jardines públicos y privados de Juzbado. Ello nos ha permitido abandonar definitivamente los malos hábitos consistentes en la quema reiterada de residuos vegetales, pudiendo influir positivamente en fijar el carbono y evitar gases de efecto invernadero.
El programa de compostaje cuenta con una campaña de sensibilización a través de dípticos, imágenes, grupos de comunicación y contenidos audiovisuales en redes sociales que demuestran la eficacia en el manejo de residuos vegetales, evitando su traslado a un centro de tratamiento de residuos (CTR). Nuestro objetivo general es reducir la fracción de residuos sin separar, utilizando el compost como un recurso local y reducir nuestra huella de CO2. Ello solo es posible con la participación vecinal, el compromiso de nuestra entidad local y asumiendo los costes de la gestión integral nuestros propios residuos orgánicos en origen.
Desde los pequeños pueblos de Castilla y León también se pueden poner en marcha políticas locales, eficaces y responsables en torno al manejo de residuos orgánicos. Nos resignamos a que un camión de basura transporte un carozo de manzana o una cáscara de huevo fuera de nuestro pueblo a un centro de tratamiento de residuos que, en muchas ocasiones, está a cientos de kilómetros de distancia. Deseamos aprovechar un recurso económico y útil como es el compost para abonar, promoviendo en cada pueblo iniciativas similares para una economía circular y sensible a la lucha contra el cambio climático.